viernes, 1 de marzo de 2019

¡Salve Lucifer! La nueva cultura del diablo


Con la confirmación de la segunda temporada de la serie original de Netflix, El mundo oculto de Sabrina, el diablo  está, una vez más, en boca de todos.

El uso de esta escultura, le valió a Netflix una demanda
del templo satánico por 50 millones de dólares.

Desde que se formara una figura sólida del diablo, este personaje ha despertado en la gente tanta fascinación como miedo y, por supuesto, ha sido inspiración de incontables muestras de arte.

Desde El trino del diablo de Tartini (1713) en la música, hasta El aquelarre de Goya (1798) en la pintura. Satanás ha rodeado todos los aspectos de la cultura. Pasó de ser un sirviente de Dios para poner a prueba la devoción de los hombres, como en el libro de Job, a la máxima expresión de la maldad pura en El Apocalipsis, de San Juan.

En los días modernos, y cada vez con mayor frecuencia, se toma al diablo como una figura más curiosa que temible o, incluso, un símbolo de libertad y conocimiento.

En 1969 el fundador de la Iglesia de Satán (con su actual sede en San Francisco), Anton Szandor LaVey, publicó La Biblia Satánica. Este texto incluía los mandamientos de su nueva religión, el dogma y ritual de una nueva fe que convertía al humano en su propio dios.


El aquellare, de Francisco de Goya.

El satanismo simbólico de LaVey en realidad no cree en ningún dios ni en el diablo, mas toma el nombre de Satán como un símbolo de indivualidad y una forma de protesta en contra del cristianismo que, según el libro, limita al ser humano y lo esclaviza.

Mientras tanto, Michael W. Ford representa todo lo contrario. Como uno de los grandes representantes del luciferianismo moderno, este músico y autor estadounidense ha publicado 25 libros relacionados con el ocultismo y el sendero de la mano izquierda.

Esta doctrina sostiene que su dios Lucifer es un ser benévolo que le ha otorgado al humano el conocimiento y busca su evolución. Fuertemente ligado con el mito de Prometeo, los luciferinos plantean encontrar la divinidad en el hombre y la humanidad en lo divino.

Fuera del ámbito religioso, la industria del entretenimiento se ha valido también del morbo y la fascinación que despierta el ángel caído. El Exorcista, considerada la mejor película de terror de todos los tiempos, fue el primer filme que puso de moda la posesión diabólica como tema principal.

El bebé de Rosemary, El abogado del diablo, entre muchas otras, fueron algunas obras que llenaron las pantallas y las páginas con un enfoque interesante alrededor del diablo.

Ahora Netflix ha decidido arriesgarse también con este tema con series como la ya mencionada Sabrina o Diablero.

A lo antes mencionado, se le suma el nuevo documental de la directora Penny Lane, Hail Satan?, que explora la evolución del Templo Satánico en Estados Unidos.

Ya sea como un ser terrorífico que busca apoderarse de tu alma, o la figura objeto de devoción, el diablo está muy lejos de expirar como un gran tópico en las artes.